Anya Taylor-Joy y su reinado con "Gambito de Dama"
La vida de la niña que conquistaría al mundo desde una tabla de ajedréz, también es la vida de una persona solitaria que canalizará sus carencias en la disciplina de un juego complicado y en el exceso del alcohol y drogas. Lo interesante de Beth (Anya Taylor-Joy) que la diferencia de otros personajes de adictos, es que es una chica que a pesar de ser huérfana y como mencioné anteriormente, una chica solitaria, nunca se quejó de su condición de vida... Conoció la adicción siendo muy jóven al igual que conoció el ajedréz -su escape- y desde entonces, nunca dudó de lo que quería hacer, jugar.
Tal como en la vida de todo indivduo hundido en los excesos, el talento de Beth se vio afectado por su autodestrucción. Incluso andando por la vida sola, después de la muerte de su madre adoptiva y lidiar con el rechazo de su padre también adoptivo, el quiebre emocional me mantenía alerta ante lo que parecía una inminente desgracia para la joven chica.
¿Alguna vez se enamoró? Aunque en la serie ella respondió que sí, la percepción que me dejó es que no era capaz de sentir amor o apego emocional con alguno de los hombres con los que se relacionó. No era indiferente a deseos carnales y al deseo de los hombre, pues era una chica hermosa, pero corresponder al amor sin amarte a ti misma parecía ser una de los conflictos grandes en la vida de Beth. Toda una rompe-corazones que aun así, se ganó el respeto de todos quienes la conocieron.
El punto de quiebre nunca llegó
Viendo la serie y siguiendo los pasos de la solitaria campeona de ajedréz, siempre esperé por el punto de quiebre que la matara o la hiciera alejarse de sus demonios, demonios con los que lidiaba naturalmente. A pesar de haber perdido a dos madres, no poder establecer una relación sana con los hombres, Beth nunca esperó por la lástima de nadie y eso, la hace más valiosa para mi como personaje. El declive de la vida de esta chica amante de la moda y de la buena vida, estaba latente en cada escena donde bebía botellas de vino sola y tomaba pastillas como caramelos y su soledad crecía, sin embargo, el respeto que cada una de las personas que la conocieron, radicó en la pasión con la que buscaba ser la mejor en el ajedréz.
No era indestructible, era fácil percibir que su más grande temor era perder un juego. Beth odiaba perder en lo único -a parte de las drogas y el alcohol- que no se iría de su vida al menos que ella lo decidiera... Era en el único momento donde de verdad se veía aterrada, frustrada. La soledad la educó para luchar sola, no esperar por la condescendencia de los ddemás y el ajedréz en su vida fue el mejor salvavidas que aquel conserje a los 8 años le regaló en ese triste y gris orfanato.
La serie muestra las etapas de la solitaria campeona, de la niñez a la adolescencia y a la adultez con el cúmulo de emociones que la llevarían al colapso. La actuación de Taylor-Joy le dio otro nivel al drama, la entendías, la idolatrabas, te hacía reír y hasta odiarla, pero jamás tenerle lástima, era valiente y aguerrida en medio de su débil efusividad. Resultaba casi imposible no admirar a una niña que luchó contra sus demonios sola en todas sus etapas y nunca pidió ayuda, el destino se la facilitó y ella decidió tomarla, tal como es en la vida; la historia de la campeona mundial de ajedrez Elizabeth Harbor va más allá de su talento, es lo que es ella como ser humano.
La banda sonora de la serie te transmite cada incertidumbre de Beth, el pequeño infarto que sentí cuando la niña se atragantó de pastillas y sufrió su primera sobredosis, es gracias a la inteligente manera de quienes se encargaron de musicalizar la historia tuvieron para jugar con los sentidos de los espectadores. Y ni hablar de lo bien vestida que una herapienta chiquilla dejó de ser a medida que se hacía mujer, sin duda captaron la evolución de los deseos de Beth a través de su vestimenta.. El vestuario fue impecable acompañado de una paleta de colores grises, podías sentir visualmente la soledad de Beth desde su llegada al orfanato.
En conclusión, una serie que toca cada uno de los sentidos de quienes se dediquen a verla y a descubrir el desenlace de la problemática y talentosa Beth... Con un mensaje muy bonito y que ademá, te enamorará de Anna Taylor-Joy.
9/10